Para Occidente, Oriente siempre ha sido una tierra enigmática, llena de sonidos, colores y aromas exóticos, donde viven gentes acostumbradas a dialogar con la naturaleza. Al contrario de lo que sucede en Occidente, la pintura china no pretende crear una fiel copia de la realidad, sino representar la esencia de las cosas, buscar los rasgos más específicos del modelo, sin entrar en el detalle. Hay un intento de plasmar no la materia corpórea, sino su esencia, de expresar de forma subjetiva lo que se esconde detrás de la apariencia de las cosas: “el objetivo del artista es revelar estas armonías (del universo) que subyacen en la realidad y que no pueden percibir los sentidos”. La pintura china siempre se ha basado en dos fundamentos: la atenta observación del modelo y su esencia, y el estudio de los trabajos de los grandes artistas del pasado, los cuales son una constante inspiración, al contrario que en Occidente donde se busca continuamente la originalidad.

    La pintura china, así como la caligrafía, tienen fama por la poesía y el espíritu filosófico que son capaces de transmitir. Existe una estrecha relación entre ambas. La caligrafía es un arte de pinceladas, rasgo que comparte con la pintura china además de las herramientas utilizadas, como la tinta y el pincel; por ello ambas disciplinas se hallan estrechamente unidas desde su origen.

    La caligrafía china es un arte compuesto por líneas absolutamente abstractas que se basa en ideogramas. Se fundamenta en la pureza del ritmo, el equilibrio y la armonía del trazo. No se permite la regularidad u homogeneidad en su ejecución, cada forma caligráfica debe estar viva, de manera que no debe ser ni simétrica ni perfecta, sino transmitir el sentimiento y el ritmo de quien lo pintó. La escritura china cuenta con más de 2000 años de existencia, y su aspecto gráfico tiene su origen hace más de 6000 años, en la forma de sencillos dibujos de los objetos cotidianos que han evolucionado hasta configurar formas simbólicas.

    Mediante la pintura y la caligrafía china se transmiten milenios de tradición, cultura y filosofía de vida. Éstas respetan la Naturaleza, de la que dependen y con la que se mimetizan para no alterar el orden cósmico. Hay unas directrices esenciales que brotan de la experiencia de este pueblo, las cuales se pueden aprender e imitar, pero nunca saldrán de la mano de quien no sienta, respire y ame con su mismo respeto.

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