Hace 19 años que la UNESCO comenzó a celebrar el  Día Mundial de la Filosofía en 2002 aunque no fue hasta el 2005 en el que declaró su
conmemoración oficialmente el tercer jueves del mes de noviembre. El Día Mundial de la Filosofía celebra la importancia del pensamiento
filosófico y anima a las personas de todo el mundo a compartir su herencia filosófica entre sí.
La filosofía proviene de la palabra griega phílosophía, que significa "el amor a la sabiduría” y es uno de los campos más importantes del pensamiento
humano, ya que aspira a llegar al sentido mismo de la vida, al estudio de la naturaleza de la realidad y de la existencia, y del comportamiento correcto e incorrecto.
Con este motivo queremos aportar aspectos de la filosofía al mundo de hoy. Con el título de “Filosofía y Progreso” queremos acercar los valores que
siempre han abanderado a la filosofía en todos los tiempos relacionándolos con el progreso y la evolución.
La filosofía, además de una disciplina apasionante, es una práctica cotidiana que puede transformar las sociedades. Al hacernos descubrir la diversidad de las corrientes intelectuales del mundo, estimula el diálogo entre las culturas, y al despertarnos al ejercicio del pensamiento y la confrontación razonada de opiniones, ayuda a construir una sociedad más tolerante y respetuosa.
“La filosofía es un baluarte contra la estrechez de miras”
La idea del progreso es considerada como uno de los pilares de la visión histórica occidental. De esta manera se piensa que otras civilizaciones más
antiguas han conocido sin duda los ideales de perfeccionamiento moral, espiritual y material, así como la búsqueda, en mayor o menor grado, de la
virtud, la espiritualidad y la salvación. Pero sólo en la civilización occidental existe explícitamente la idea de que toda la historia puede concebirse como el avance de la humanidad en su lucha por perfeccionarse, paso a paso, a través de fuerzas internas, hasta alcanzar en un futuro remoto una condición cercana a la perfección para todos los hombres. Esto lleva al ser humano ante la necesidad de cambiar.
Cuando observamos todo lo que está aconteciendo en el mundo: la gente centrada en sí misma, la manera falaz de observar y valorar las cosas; y si
también nos observamos a nosotros mismos, podemos darnos cuenta que el cambio que se necesita no es el que se realiza hoy y se abandona mañana sino algo mucho más vital y fundamental, ese algo que debe formar parte del total movimiento que es evolución.

Es necesario, de vez en cuando parar nuestras actividades habituales para un examen de nosotros mismos, analizar nuestro propósito en la vida teniendo en cuenta la forma en que debemos vivir y actuar en todos los niveles. Mientras estamos absorbidos en nuestras preocupaciones normales, seguimos el impulso de los hábitos anteriores.
Si pensamos y sentimos de la misma forma qu antes, apenas hay tiempo para parar y reflexionar hacia dónde vamos. Por lo tanto debemos encontrar tiempo para la reflexión, para considerar aquellas cosas que son de interés fundamental en la vida. Vivimos tiempos diferentes, incluso una persona ordinaria, en caso de emergencia, es capaz de actos de heroísmo y generosidad. Esto indica que hay en cada uno de nosotros, ciertas reservas de fuerza y grandeza que podemos utilizar. Hablando de términos filosóficos, una situación de emergencia es una apelación a la sabiduría que baje a la personalidad.
Para actuar en el presente es preciso poseer una naturaleza que sea capaz de provocar en sí mismo el cambio mediante el cual todo lo que se arrastra del pasado, con sus rigideces, incomprensiones sean superados. Entonces cada uno de nosotros aportará lo que tenga en sí mismo que sea de real valor para los demás, lo que surja de su corazón. En esa acción hay percepción, hay amor y hay belleza.

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